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Cuando llega el momento de renovar la cocina, surge la duda inevitable: estufa a gas o eléctrica, ¿cuál te conviene más? No es solo una cuestión de precio o diseño, sino de cómo se adapta a tu estilo de vida, al uso diario que le darás y al ambiente que quieres crear en tu hogar.
Uno de los aspectos que más influye al escoger entre estufa a gas y eléctrica es la rapidez con que podrás cocinar tus comidas diarias. Con la estufa a gas, tendrás calor inmediato apenas enciendas el quemador, lo que permite hervir agua, saltear o freír sin demoras. Además, puedes regular la intensidad de la llama con mucha precisión, algo que se valora cuando preparas recetas que requieren temperaturas específicas.
Por el contrario, las cocinas eléctricas tardan un poco más en calentar, pero distribuyen el calor de manera pareja por toda la superficie. Esto ayuda a mantener una cocción uniforme, ideal para platillos que requieren un calentamiento constante. También vale la pena mencionar que estas superficies suelen ser planas, facilitando la limpieza después de cocinar.
Otro punto clave es el consumo energético. Si buscas eficiencia a largo plazo, la estufa a gas y electrica presentan diferencias marcadas: el gas suele ser más económico en cada uso, mientras que la electricidad puede representar un costo mayor en tu factura mensual dependiendo del consumo.
La seguridad siempre será una prioridad cuando piensas en renovar la cocina. Las estufas eléctricas ofrecen tranquilidad porque eliminan las llamas abiertas, lo que ayuda a reducir accidentes por quemaduras. Además, varios modelos modernos incorporan apagado automático si detectan sobrecalentamiento, algo útil si hay niños en casa o buscas mantener un entorno más seguro sin esfuerzo extra.
● Menor riesgo de quemaduras: las superficies de las cocinas eléctricas son más seguras al tacto que las de gas.
● Apagado automático: algunos modelos eléctricos detectan el exceso de temperatura y se apagan por seguridad.
● Sin fugas de gas: las estufas eléctricas evitan este tipo de incidentes, brindando mayor tranquilidad.
● Estufas a gas seguras si se instalan bien: aunque requieren más atención, las cocinas a gas son confiables con una instalación adecuada.
● Modelos modernos con bloqueo de gas: si buscas ofertas de estufas a gas, encontrarás alternativas que cortan el suministro en caso de apagado accidental.
● Revisión regular de conexiones de gas: mantener las instalaciones en buen estado es clave para evitar acumulaciones peligrosas de vapores.
A nivel de mantenimiento, las cocinas eléctricas llevan ventaja por su limpieza sencilla; basta con pasar un paño húmedo por la superficie lisa y todo queda listo para el próximo uso. En cambio, las cocinas a gas requieren limpiar con frecuencia los quemadores y verificar que no haya obstrucciones, asegurando así una combustión eficiente y prolongando la vida útil de tu equipo.
Pensar en el costo total no es solo considerar el precio de compra, sino también lo que gastarás mes a mes. Las cocinas eléctricas suelen tener un precio inicial más accesible, pero es clave que revises cuánto pagarás por el consumo eléctrico, especialmente si cocinas a diario. Las cocinas a gas, por otro lado, pueden requerir inversión inicial si no tienes conexión de gas instalada, pero luego permiten ahorrar en cada preparación.
No, la fuente de calor no modifica el sabor de tus platillos. Lo que sí puede variar es la velocidad y uniformidad con la que se cocinan, especialmente en recetas que requieren calor controlado. Lo importante es ajustar bien la temperatura según el tipo de preparación para obtener resultados óptimos.
Si vives en un área donde el suministro eléctrico es inestable o de bajo voltaje, la estufa a gas puede darte mayor autonomía. No depende de la corriente eléctrica para funcionar y asegura que puedas cocinar sin interrupciones, incluso durante apagones.
En general, no. La mayoría de modelos no consumen energía si están correctamente apagados. Sin embargo, si el modelo incluye pantallas digitales o relojes incorporados, estos pequeños componentes pueden usar una cantidad mínima de electricidad.
Para cocinas compactas o apartamentos tipo estudio, la estufa eléctrica puede ser más conveniente. Su diseño suele ser más delgado, se integra fácilmente en espacios reducidos y no necesita ventilación adicional como las de gas.
Sí, muchos hogares optan por una combinación para aprovechar las ventajas de ambas. Puedes tener una estufa a gas para la cocción principal y una parrilla eléctrica para preparaciones rápidas o como respaldo en caso de necesitar una opción adicional.
Mucho más de lo que se piensa. Las estufas eléctricas funcionan mejor con utensilios de fondo plano que permiten el contacto total con la superficie. En las estufas a gas, la calidad del material influye en la distribución del calor, pero no requiere superficies específicas.
La elección entre estufa a gas vs eléctrica no es una decisión menor. Se trata de pensar en tu ritmo de vida, el tiempo que dedicas a cocinar y cómo quieres que sea la experiencia en tu cocina. Recuerda que en Elektra encontrarás modelos que se ajustan a tu presupuesto, con funciones pensadas para facilitar tu día a día y ofertas que realmente valen la pena. Así, cocinar será más que una tarea: será la oportunidad de crear momentos felices en casa.